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La frontera que no divide. Migración y comunidad ante las amenazas

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13.06.2025

En estos días hemos visto a los marines en las calles de Los Ángeles y la Guardia Nacional desplegada sin consentimiento estatal. Lo que se vive hoy en California no es solo una disputa política entre dos partidos o un choque institucional entre gobiernos, federal y estatal. Es, ante todo, una batalla por el derecho a existir de una comunidad histórica, humana y profundamente interconectada que ha desafiado —y continúa desafiando— la lógica excluyente del Estado moderno.

Desde hace más de un siglo, la frontera entre México y Estados Unidos ha sido más que una línea geopolítica. Ha sido un espacio social vivo, un tejido de relaciones, trabajo, cultura y familia que se extiende de Tijuana a San Diego, de Ciudad Juárez a El Paso, de Nogales a Nogales. La movilidad es parte de la vida diaria. Se cruzan para estudiar, para trabajar, para comprar comida, para ir al médico, para ver a los abuelos. En muchos casos, viven como si la frontera no existiera, no porque la ignoren, sino porque la desafían desde la cotidianidad.

Sin embargo, el aparato político que estructura nuestras sociedades insiste en imponer límites artificiales a lo humano. Desde la creación del Estado moderno se ha intentado regular el derecho a moverse mediante la noción de ciudadanía, la invención de pasaportes, la construcción de fronteras rígidas y políticas de exclusión. En los últimos 150 años, esta lógica se ha intensificado hasta convertir la........

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