El 2 de octubre no se olvida
Tenía poco más de 25 años y un compromiso enorme: era entrenador del equipo olímpico de natación rumbo a los Juegos Olímpicos del 68. Aquella tarde del 2 de octubre, entrenaba en la Unidad Morelos de San Juan de Aragón cuando un padre de familia llegó agitado, casi exigiendo sacar a sus hijas del agua.
Era una persona con perfil político, que trabajaba en la Universidad: “Profesor, ¿no ve lo que está pasando en Tlatelolco? Esto se va a poner muy feo”… No entendía la magnitud de sus palabras, pero su urgencia me dejó inquieto.
Terminé el entrenamiento y tomé mi Volkswagen rumbo a la Villa Olímpica, para lo que debía cruzar por toda la avenida Insurgentes. Esa mañana me habían entregado el........
© El Universal
