Oh, Cartagena
El destino te marcó con un halo de grandeza, pero para mantenerlo incólume debías hacer esfuerzos portentosos. Bien temprano en tu devenir como ciudad, enfrentaste dificultades inmensas. Grandes fueron tus triunfos como grandes tus derrotas. Fracasos y victorias marcaron desde el principio tu interesante historia. Enmarañada por los siglos, los acontecimientos en tu seno han tenido resonancia perenne. Combinaste a la perfección tu condición de ciudad y puerto, y en una simbiosis inacabable, pudiste anudar tu existencia para mantenerte como un faro que ilumina. Lámpara maravillosa que en ocasiones apaga su luz para mostrar tu enfado, tu queja como ciudad que quiere........
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