Bolivia y el espejismo de la libertad
Miguel de Cervantes, con la sabiduría que solo los siglos confieren, nos dejó una verdad eterna: la libertad es el mayor de los dones, y su pérdida, el peor de los males. Hoy, en Bolivia, esa máxima resuena con una ironía dolorosa. ¿Somos realmente libres o vivimos bajo el espejismo de la libertad, presos de un sistema que nos la promete pero nunca nos la concede del todo?
La libertad no es solo la posibilidad de elegir a nuestros gobernantes cada cierto tiempo, sino la capacidad de vivir sin miedo, de hablar sin represalias, de crear sin que el poder dicte lo que es correcto y lo que no. Sin embargo, en Bolivia, la política ha convertido la libertad en una moneda de cambio: se concede a quienes se alinean con el poder y se restringe a quienes osan desafiarlo.
Vemos una justicia selectiva que castiga a unos y protege a otros, un Estado que se dice democrático pero se........
© El Potosí
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