Detrás del golpe arancelario de Trump al vino: "Aquí no gana nadie"
La guerra comercial a golpe de aranceles impuesta por Donald Trump desde la Casa Blanca tiene como último objetivo el sector del vino. Fue este jueves cuando el presidente de Estados Unidos esgrimió la amenaza de imponer un arancel del 200% al vino y demás bebidas alcohólicas originarias de países de la Unión Europea. Una medida que, de llevarse a cabo, generaría importantes pérdidas en negocios, consumidores, agricultores y, en esencia, el conjunto del mundo vinícola.
Es bien conocido que los vinos de California y de otras zonas de la basta geografía estadounidense son ricos en calidad y variedad, pero las importaciones en esta materia que llegan desde países europeos, especialmente desde las viñas españolas, francesas o italianas, son un preciado valor gastronómico que consumidores y expertos aprecian y comercializan con mimo en la potencia norteamericana.
La posible imposición de este arancel del 200% al vino viene después de que Europa haya anunciado un gravamen del 50% al whiskey de Estados Unidos y, como represalia, la Administración Trump ha sellado su amenaza dirigiéndola a “todos los vinos, champanes y productos alcohólicos” de los Estados miembro europeos. Según esgrimió el propio magnate, una medida que “beneficiará enormemente a Estados Unidos”. Una afirmación totalmente alejada de la realidad.
La intimidación del mandatario del Despacho Oval ha sembrado la incertidumbre sobre el sector vinícola que, en el caso de España, se nutre a grandes rasgos de estas importaciones a distintos países. Desde San Francisco, Sergio, sumiller español experto en la industria vinícola, desprende que este escenario es “prácticamente imposible” de llevarse a cabo tal y como plantea la teoría.
Pese a las intenciones de Trump y su idea de que esta medida beneficiará a su país, lo cierto........
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