Pero ¿pasó algo?
Escritor.
Escritor.
Un hombre con velas durante el apagón, a 28 de abril de 2025. / Alberto Paredes - Europa Press
Le dije a mi hija, como todos los días, «¡Acaba ya!». Sé que es un día normal porque grito lo mismo a eso de las diez menos cuarto, cuando veo que llegamos tarde al colegio y aún no salimos de casa. Los lunes, si cabe, grito más fuerte, así que ese día la normalidad se recrudeció. Además, no existen los lunes raros. Un lunes es un lunes. Si el mundo explotase también caería dentro de lo lógico. Como después de dejar a Helena me dirigí a la cafetería del Hotel Altiana, la normalidad siguió expandiéndose. Allí acabé de leer 'El valor de la atención', de Johann Hari. Al salir, me dirigí a........
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