Algodón en el ombligo
La cura está a la mano y no solo viene del sombrero de San José Gregorio Hernández, según un viejo libro escrito por el historiador Raúl Silva Holguín.
Hace muchos años, cuando iniciaba mi trasegar periodístico y literario, conocí a Raúl Silva Holguín, un historiador de vieja cepa empeñado en salvar para el futuro algo de lo mejor de la cultura caleña y vallecaucana.
Reorganizando mi biblioteca, encuentro en el tomo segundo de su libro ‘El Valle íntimo’, un recetario campesino, vademécum rural donde es posible encontrar remedio para las mismas dolencias de hoy, con una sabiduría tradicional que se niega a desaparecer.
Para la afonía, por ejemplo, Raúl encontró en pueblos y aldeas del Valle del Cauca, esta perla: “Se exprimen tres limones en medio vaso de agua tibia. Se le agrega una copa de ron y tres cucharadas de miel pura…”.
En lo que respecta a la posibilidad de conjurar la agriera, la panacea resulta bien curiosa: “Las agrieras o agruras producidas por acedía del estómago, se curan de esta manera: se recomienda al paciente tomar sus propios........
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