La Bogotá que yo amé
Fue como si me hubieran pasado un cubo de hielo desde la nuca hasta donde la espalda pierde posición social, cuando mi papá en un almuerzo familiar dijo que yo iría a estudiar bachillerato en el Gimnasio Moderno de Bogotá, al que había logrado matricularme gracias a los buenos oficios del doctor Carlos Lleras Restrepo, miembro del Consejo Superior del claustro. ¿Y dónde voy a vivir?, pregunté. Respondió: interno, y que la próxima semana me llevaría a conocerlo.
Yo era entonces un chico de 11 años, hijo único de joven pareja, y nieto de abuelos paternos con los que compartíamos ‘La María’, casa que Benjamín Restrepo y Alicia White habían construido a principios del Siglo XX. Desde luego, era un niño ‘consentido’ y sobreprotegido porque al primer estornudo mi mamá llamaba el médico.
El Gimnasio me pareció bellísimo, similar a los institutos británicos que yo veía en el........
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