Un legado que nadie puede borrar
“Hace ocho décadas y siete años nuestros padres hicieron nacer en este continente una nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales”. Muchos hemos leído este famoso discurso de Lincoln en Gettysburg, Pensilvania, después de la batalla más sangrienta de la guerra civil de EE. UU. Al presidente Álvaro Uribe le dio por recitarlo completo, en inglés, con cierto acento antioqueño, después de haber despegado del aeropuerto de Tumaco en el viejo Fokker F28 de la Fuerza Aérea, hoy jubilado del servicio presidencial. Varios senadores regresábamos con él de una visita oficial y habíamos quedado en silencio por las embestidas del viento y los remezones adentro de la cabina por una tormenta eléctrica de la costa Pacífica. El pánico colectivo nos hizo fijar la mirada en Uribe, que ya había sobrevivido a ocho atentados en las elecciones presidenciales. Desde su asiento, y al vaivén de los tumbos del avión, nos ayudó a calmar a todos con su declamación tranquila y pausada del discurso de Gettysburg. Afortunadamente, después del........
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