Con el corazón apretado
Así me siento, extraño nudo en la garganta. Recibí la noticia de la muerte de Samir Camilo Daccach, y algo se congeló por dentro. Unas semanas antes habíamos hablado, me llamaba de vez en cuando para charlar sobre Cali, su ciudad, siempre cálido, amistoso, con una memoria intacta y esa preocupación infinita por la ciudad que tanto amó y le dolió.
Le dolía ver el estancamiento, esa noria en la que giramos sin darnos cuenta, sin visión de futuro. “Antes -me decía-, se podía comprender por qué cada dos años cambiaban de alcalde, pero ahora tienen cuatro años y tampoco se avanza”.
“Aparentemente, somos la capital del deporte, de la salsa, de la rumba, de la cultura, pero todo en desorden, cada uno va por su lado”. “A Cali hay que pensarla, pensarla bien, y despertar el sentido de pertenencia, no........
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