El canto de los gallinazos
2 de jun de 2025, 01:09 a. m.
Actualizado el 2 de jun de 2025, 01:09 a. m.
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El canto de los gallinazos
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A veces, muy temprano, cuando aún no se ha disuelto la neblina sobre las laderas de Cali, Medellín, Bogotá —o en cualquier densidad humana—, los gallinazos comienzan a dar vueltas. Bajan con precisión silenciosa sobre techos, calles y postes. Ya nadie los mira dos veces; su presencia dejó de ser excepción hace años. Se posan en los parques, donde rara vez se oyen risas, sobre cables que cruzan barrios olvidados, donde lo esencial —no lo accesorio— sigue siendo deuda. En esos lugares, el rebusque es rutina, la infancia aprende pronto a desconfiar y la dignidad se sostiene a pulso.
En Colombia, se ha aprendido a vivir entre las ruinas de lo que no fue. La promesa del Estado —como tantas otras— se volvió........
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