En ocasión del reciente aniversario del magnicidio de Álvaro Gómez se recodó que el horrendo crimen sigue en la impunidad, tema que muchas veces a lo largo de su carrera abordó el estadista colombiano, quien en los años sesenta del siglo pasado planteaba: “El dominio de la calle es un factor de inmensa importancia, solo que no se cae en la cuenta de ello sino cuando se pierde. Es decir, cuando pasa del poder de las autoridades y de la gente honesta, al del hampa”.

Para combatir esas fuerzas disolventes que amenazaban la tranquilidad social de nuestras urbes, propuso toda suerte de medidas drásticas que no se cumplieron y, precisamente, encontró la muerte en el atentado de la Universidad Sergio Arboleda, por no tener un equipo de seguridad como ameritaba el desafío de combatir el Régimen, como lo había anunciado por esos días en varios editoriales y eventos que suscitaron polémica.

En ese escrito sobre la calle y la sociedad, insistía en señalar que “la calle es un bien público........

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