La realidad mal entendida; nos desmorona las buenas intenciones
Una pasión que nos llama a la reconciliación, para que en medio del desastre que han dejado las maldades vertidas, todos colaboremos y cooperemos en la reconstrucción de lo bueno, con la armónica belleza, que es la que nos alienta a vivir. Para empezar, hemos de destruir los muros discriminatorios, extender horizontes abiertos, combatir las mentiras y decir la verdad. La acción no es nada fácil, pero tampoco imposible. Querer el cambio, ya es iniciarlo.
En consecuencia, que dicha certeza nos impulse a trabajar con temple y coraje para que este anhelo de paz se haga presente en todo nuestro transitar por aquí abajo. Será saludable, entre sí, promover un nuevo hallazgo que nos lleve a abandonar la lógica de la violencia, asumiendo un compromiso con el diálogo y la labor de la diplomacia entre nosotros. Siempre se ha dicho, renovarse o morir.........
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