Debemos detener las locuras que nos enfrentan
No podemos vivir aterrorizados, quizás tengamos que aprender a amarnos para poder caminar por este mundo de contrariedades y absurdos; esto nos demanda a interiorizar nuestros propios pulsos, con sus poéticas pausas de luz, animados por el deseo del reencuentro más que del encontronazo. Activemos, en consecuencia, el discernimiento justo. Por desgracia, la marea de injusticias es otro enloquecimiento más, que debe concluir para remediar las desigualdades entre continentes diversos. El espíritu del juego limpio es esencial para cohabitar y poder movernos, comenzando por aprender a........
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