Adaptarse y perecer
Pero, apartándonos de la ausencia de convicciones éticamente viables de ciertos políticos, que con eso truecan su conciencia por favores punibles, hay algo veraz en aquello del movimiento pendular que rige a la lógica electoral. La gente se cansa y quiere cambiar lo público, sin falta. No en vano una de las palabras más usadas en el debate público suele ser “cambio”, asentada en la mesa de juego como baza semioculta para captar las apuestas de los crédulos, truco tan viejo que por serlo no está destinado a fallar, siempre que se lo presente como fruto de aprendizaje del pasado. Desde luego, casi nunca........
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