¡Indolente sociedad!
¡Sin fundamento!, así califican el testimonio desgarrador de una mujer que, sin recuperarse del dolor de dejar su familia, en su primera noche en las Farc, ¡con 11 añitos!, le fue implantado un dispositivo intrauterino y, sin recuperarse de su dolor físico, empezó a ser violada por los comandantes.
“Venimos por la muchacha…, la entrega o le pegamos un tiro” fue la amenaza del comandante Jair. Es el último recuerdo de niñez de Daisy, y el comienzo de una vida que, en sus palabras, las Farc le destruyeron; una vida de privaciones, de indignación por la falta de verdad, de reconocimiento como víctima, de una justicia que castigue a sus victimarios y de alguna........
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