Buena Nueva: Yo soy ése
El Templo de los judíos estaba en Jerusalén. Allí se celebraban las grandes fiestas judías. Pero cada pueblo tenía su Sinagoga, donde se reunían todos los Sábados. Jesús comenzó a darse a conocer leyendo y enseñando en las Sinagogas. Nos dice San Lucas que “todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región” (Lc. 1, 1-4 y 4, 14-21).
Un día Jesús decidió ir a Nazaret, el pueblo donde había crecido y vivido. Y ese sábado le tocó leer (¿casualidad?) “el volumen de Profeta Isaías y encontró el pasaje en que estaba escrito” lo que se refería a la misión del Mesías: “El Espíritu del Señor........© El Impulso
