Las gríngolas en la aplicación de la ley anti hombres
«La injusticia es un veneno que mata»
Francesco Carnelutti
La aplicación inflexible de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, sin un análisis crítico de las pruebas, puede conducir a la victimización de hombres inocentes. La creencia automática en el testimonio femenino, sin considerar posibles motivaciones ulteriores, sesga la balanza de la justicia. La falta de un debido proceso, donde se evalúen las pruebas con objetividad, propicia la creación de mártires masculinos, cuyas vidas son destrozadas por acusaciones infundadas.
La presunción de inocencia se ve socavada cuando se otorga autoridad irrestricta a las denuncias femeninas, ignorando la posibilidad de manipulación o falsedad. Además, se ignora el principio in dubio pro reo, que establece que en caso de duda, se debe favorecer al acusado. La ley, concebida para proteger a las mujeres, se convierte en un arma de injusticia cuando se aplica sin criterio, transformando a hombres en víctimas de un sistema que debería protegerlos a todos por igual. Esta situación genera un clima de desconfianza y temor, donde la palabra de una mujer adquiere un valor absoluto, incluso cuando carece de fundamento. La aplicación de esta ley debe ser justa y equitativa, en donde se evalúen todas las pruebas y testimonios, sin importar el género de las personas involucradas.
La perversa danza de la mentira: Falsa decencia y sed de venganza.- La mentira, arma artera y cobarde, se viste de falsa decencia para tejer su red de destrucción. En un mundo donde la justicia debería ser escudo y espada, la manipulación de leyes, como la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en Venezuela, se convierte en un instrumento de venganza contra hombres inocentes.
No critico la ley, sino la costumbre, esa solidaridad........
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