Del Guaire al Turbio: Renuncia
La palabra renuncia, a primera entrada, remite a algo negativo. Pero no es así, puede tener carácter muy positivo, hasta glorioso, pero es, sobre todo, una condición de nuestro andar humano: nadie vive sin renunciar a algo. Siempre nos encontramos en una encrucijada donde hay que escoger. Quien decide ir hacia el Norte, renuncia a ir al Sur, o a los otros puntos cardinales. Quien asume una vocación renuncia a otra. Quien va al matrimonio renuncia al celibato. Y al revés, si la decisión es por la vida consagrada. Escoger nuestro camino vocacional o profesional es un imperativo en nuestras vidas. Cada camino lleva implícita la renuncia a otro. Y no es una tragedia, es un ejercicio lícito de nuestra libertad.
Por supuesto, hay renuncias dolorosas, como la de la patria por exilio político obligado o por decisión propia ante condiciones de vida insostenible en esa patria, que han provocado, por ejemplo, esa sí trágica diáspora venezolana. Gran parte de las fuerzas vivas de nuestro país, aquellas que por su juventud, formación y capacidad dan impulso al progreso, están en el extranjero, dando a otros........
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