Harán de mí un canalla
Hace poco escribí en este espacio sobre los peligros de la desconfianza digital, y cómo la tecnología, que nos prometió proximidad, parece habernos dejado atrapados en un estado de prevención permanente frente al fraude. Desde luego, ese fenómeno no es exclusivo de los entornos digitales y también condiciona buena parte de nuestra convivencia diaria. Un par de situaciones que viví recientemente ilustran esa tensión, demostrando cómo la prudencia excesiva y el miedo desactivan la solidaridad y pueden llevarnos a la indiferencia.
En Bogotá, en medio de un extenso puente peatonal sobre una importante avenida, una mujer parecía estar........
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