Entre la impunidad y la adolescencia
Lo que ocurrió con Miguel Uribe Turbay es tan espantoso como alarmante. Hace más de 30 años Colombia no pasaba por algo así. No solo porque un congresista y un precandidato a la presidencia fue víctima de un atentado a plena luz del día, sino porque quien disparó fue un menor de edad. Un joven que, según las investigaciones, habría solicitado 20 millones de pesos para acabar con la vida de un ser humano, de un papa, de un esposo, de un hijo. No fue un niño confundido, ni mucho menos instrumentalizado. Sabía exactamente lo que hacía.
Este caso, que sacude al país, pone en evidencia dos cosas que preferimos no ver: un país peligrosamente........
© El Heraldo
