La danza mortuoria de todos los días | Columna de Horacio Brieva
Más de 700 muertos por balas sicariales en los últimos dos años en Barranquilla y el área metropolitana nos tienen con los pelos de punta. Y la cifra promete seguir. Es una aniquilación que quizá tenga en algún momento una tregua breve o prolongada. En todo caso, este escalonamiento mortuorio parece hoy haberse extendido más que otras veces. Su activador es el negocio de las drogas ilícitas, un estructural fenómeno que por ahora no tendrá superación, un inframundo capitalista donde el dinero se junta con la muerte.
La impotencia del Estado para conjurar esta matazón es otra realidad. Y aunque nadie lo verbalice gubernamentalmente no faltarán quienes........
© El Heraldo
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