No todo era la rumba
‘Robapollo’, el cantinero, alias Ramón Emilio Jiménez, era mi espía mientras servía las cervezas en cada mesa, porque ponía mucha atención a lo que hablaban y me traía la información. “Dóctor, en la mesa de los abogados acaban de callar a uno que estaba recitando de memoria Cien años de Soledad, ya iba por la página 15 y parecía que no podía parar. En la de al lado están hablando del Viejo Mao y la Revolución Cultural China”. ‘Robapollo’ no necesitó terminar bachillerato para desarrollar esa inteligencia empírica que le permitía entender diálogos de cierta complejidad y anotaba lo que le interesaba en la misma libretica donde apuntaba las cuentas de cada........
© El Heraldo
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