Otra trampa más | Columna de Francisco Barbosa
La declaratoria de la conmoción interior terminó siendo una trampa. No solamente como lo advertí, las razones para esa decisión no son precisas porque no se advierte la gravedad o urgencia o la explicación por la cual las medidas y normas ordinarias serían insuficientes para sortear la crisis que se vive en el Catatumbo sino que fue evidente que el gobierno permitió el control territorial, en esta y muchas otras zonas del país, de los delincuentes con la paz total.
Advertí como Fiscal General, hasta la saciedad que en esas zonas los asesinos de los líderes sociales terminaron siendo premiados como gestores de paz y sus órdenes de captura terminaron siendo simbólicas, que retirar a la fuerza pública iba a traer problemas en la comunidad y que no podía el Estado ir desapareciendo. Se creyó que gobernar era echar discursos y ya. De eso quedó un Catatumbo con 52,000 desplazados, 52 muertos y 52,000 hectáreas de coca como constancia del trabajo de Gustavo Petro para acabar ese........
© El Heraldo
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