Transfobia de mierda
El asesinato de Sara Millerey, es una radiografía de lo mal que está la humanidad (perdón que estamos como humanidad) porque para iniciar hay que tener la sensatez de dejar de señalar a otros como transfóbicos, al sistema, al Estado, cuando todo eso somos también, cuando hacemos parte de la mierdita de mundo doble moral. Este caso no puede ser una cifra más, una excusa de algunos para juzgar a todo mundo (menos a ellos o ellas mismas), a Sara le fallamos todos y todas, por acción u omisión.
Lo desgarrador de su asesinato, lleva a pensar que, aunque ella siguiera respirando – estaría – muerta también, muerta y partida de dolor, porque no bastó con quebrarles sus extremidades, sino que la violaron, la humillaron y la partieron en infinitos pedazos. Una de sus amigas, afirmó que Sara vivió siempre siendo víctima de violencias y eso nos ubica como una sociedad indiferente que incluso en nombre de Dios se atreve a matar. Ojalá el desgarro que muchos han manifestado en redes les dure más........
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