Mientras cuido a mi madre
Mientras cuido a mi madre transito por las estrechas rutas de la fragilidad, las mismas, que ahogan un poco y nos ponen de frente al espejo de 180 grados, desde el cual, vemos con absoluta claridad nuestras fisuras y nuestra vulnerabilidad. Ella mi capullo parece cerrarse poco a poco, bien lo dice Piero: “Ahora ya camina lento, como perdonando el tiempo”, la veo tan frágil, menuda y adolorida, que logro embarcarme en su dolor, algo en el pecho me traspasa y entonces siento que un tsunami de emociones me descontrola, me cambia todos los planes y me deja plantada en una melancolía con olor a nordeste.
Escribir me sana por eso estoy acá tejiendo esta columna invadida de verdad y de un poco de soledad y no es esa soledad de abandono doloso de mi red de apoyo, es que sin duda ellos y ellas también están salvándose de algo, es que vivimos tiempos de caos en el que el “sálvense quien pueda” aplica perfectamente.
Mientras cuido a mi mami,........
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