Salmos, poesía y oración | Columna de Alberto Linero
Me gustan los salmos bíblicos porque son poesía, y la poesía es el lenguaje de lo sublime, donde las imágenes alcanzan a expresar lo que no cabe en argumentos ni cifras aritméticas. Pero también me gustan porque son oración, el diálogo desde la cotidianidad que se hace con Dios. Imagino que sus procesos de construcción debieron ser experiencias hermosas, en las que los autores expresaban sus miedos, angustias, confianza y esperanza; en una palabra, su fe.
En alguna época, en el Seminario Regional, fui profesor de Salmos. Un atrevimiento, considerando mi pobre conocimiento del hebreo, pero una experiencia enriquecedora que me permitió sumergirme, con disciplina y........
© El Heraldo
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