El duartismo sigue impactando negativamente a Chihuahua una década después. La nueva detención de César Duarte, exgobernador priista del estado, cayó como un balde de agua fría para el gobierno panista de María Eugenia Campos y reavivó un pasado que nunca terminó de cerrarse. 

La relación de la actual gobernadora con Duarte no fue un secreto. Maru Campos fue señalada por presuntamente haber recibido recursos de la llamada “nómina secreta”, el esquema mediante el cual se habrían distribuido más de mil millones de pesos a funcionarios y actores políticos chihuahuenses a cambio de favores políticos y personales. 

Durante las investigaciones impulsadas en el gobierno del entonces gobernador —y hoy senador— Javier Corral, Campos fue señalada como parte de esa red de desvíos. Sin embargo, nunca se le comprobó delito alguno. Esa condición le permitió ganar la elección de 2021, convertirse en la primera gobernadora mujer del estado y mantener a Chihuahua como uno de los pocos bastiones de oposición en el país. 

Paradójicamente, durante la actual administración, César Duarte salió de prisión tras permanecer dos años recluido. Por más de un año se le vio caminar con tranquilidad por las calles chihuahuenses, hasta que la semana pasada volvió a ser detenido, ahora por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita. A ello se suma la versión de que habría sobornado a la gobernadora con 10 mdp para mantenerse en la impunidad y obtener su libertad provisional en junio de 2024. 

Aunque Chihuahua sigue siendo formalmente un gobierno de oposición, estos escándalos abren el camino para que Morena tome........

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