menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Renuncio a ser tu padre

14 1
monday

Audio generado con IA de Google

0:00

0:00

Cuando era un adolescente, mi sueño era alejarme de mi padre. No me interesaba salir con chicas, ni bailar en las fiestas de moda, ni vestirme como un dandi con ropa importada. Yo solo quería estar lejos de mi padre. Por eso robaba dinero a mi padre y joyas a mi madre y me escapaba a vivir en hoteles en el centro de la ciudad, a pesar de que era menor de edad. Por eso terminé viviendo en casa de mis abuelos. Primero en casa de mis abuelos paternos, donde me soportaron apenas un mes y luego me echaron. Luego, por fin felizmente, en casa de mis abuelos maternos, donde me quedé varios años.

Yo todavía estaba en el colegio, en tercero de secundaria. Mi abuelo materno me enseñó a fumar, a tomar whiskey, a manejar su auto. Me enseñó a odiar a los curas y los militares. Me enseñó a ir al cine para ver películas de adultos donde salían mujeres desnudas. Me enseñó a ver el culo de las mujeres, relamiéndose. Me enseñó a odiar sin culpa a los enemigos. Me enseñó que el rencor era una forma de resistencia.

Mi abuelo me salvó de mi padre. Mi abuelo fue mi padre, el padre que yo elegí. Mi padre renunció a ser mi padre, desertó de ser mi padre, se hartó de ser mi padre. Mi padre no me quería, no podía quererme, porque yo no era como él, no podía ser como él, no quería ser como él. Mi padre me parecía el tipo más odioso del mundo: tonto, ignorante, acomplejado, espeso, prepotente, despótico. Adulaba a los más fuertes y se cebaba en los más débiles. Era insoportable. Era incapaz de burlarse de sí mismo, reírse de sus vicios y debilidades.

Cuando empecé a escribir en un periódico, mi padre, lejos de enorgullecerse, era mezquino conmigo en las contadas ocasiones que nos veíamos, muy a mi pesar. No le gustaban mis reportajes, ni mis columnas de opinión, ni mi foto con mirada de intelectual precoz, acompañando esas columnas. Le daba vergüenza que yo escribiera en el periódico. Me exigía que firmara con mi apellido materno para que no........

© El Espectador


Get it on Google Play