El vencimiento de términos que generó la excarcelación de quienes habían sido detenidos por la gigantesca defraudación de dineros invertidos en la construcción de la primera etapa de la Avenida de los Colibríes, que en nuestra cuentas suman $19.773.060.242, causa indignación ciudadana, pues son los impuestos que pagamos los pereiranos, muchos con extrema dificultad.

Es además una prueba irrebatible de la incapacidad de nuestro aparato judicial para derrotar la impunidad por hechos de corrupción.

La excusa del debido proceso suena hueca si consideramos que en este caso buena parte del lapso que la Ley señala para el comienzo del juicio transcurrió mientras la sala competente del Tribunal Superior aceptaba, o no, como víctimas, a empresas que, de acuerdo con informaciones de prensa, no estaban legalmente identificadas y cuyo abogado no había presentado un poder suficiente. La semejanza con una maniobra dilatoria confunde y asombra.

La percepción negativa, sobre nuestra justicia, que en los pereiranos producirá este episodio no se revertirá ni fácil ni pronto. Y la posibilidad que ahora tienen los implicados de evadir una eventual condena futura en un país sin tratado de extradición, producirá la sensación que robar el erario no tiene consecuencias graves.

Además de la excarcelación, el abandono de la obra marca la triste suerte de la anhelada vía municipal........

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