A la Medida del Amor
El matrimonio, como ese zapato que acompaña nuestros pasos, no es una prenda para lucir el día de la boda ni una moda que se cambia con la temporada. Es una elección que marcará la manera en que camines el resto de tu vida.
Muchos, en la prisa de lucir lo bonito, eligen por apariencia y no por ajuste. Pero el matrimonio no es una pasarela. Es el terreno pedregoso, empinado, y a veces fangoso donde un zapato inadecuado causará ampollas en el alma. Así como un zapato muy grande se arrastra, y uno muy pequeño aprieta hasta sangrar, un matrimonio sin la talla correcta puede convertirse en un camino de desgaste, silencios y frustraciones.
Esta analogía nos enseña que más que buscar lo que brilla, hay que buscar lo que encaja. ¿Y cómo se sabe eso? Midiendo desde el corazón, calibrando desde los valores, reconociendo que lo esencial no es cuánto deslumbra el otro, sino cuánto acompaña, cuánto comprende, cuánto sostiene.
Un buen matrimonio no es el que impresiona en redes sociales ni el que tiene fotos perfectas. Es el que sabe caminar bajo la lluvia sin perderse. Es el que se ajusta, no por imposición, sino por........
© El Diario
