“La Compasión Encarnada”
Hay dolores que no se explican, perdidas que no se justifican, heridas imposibles de cerrarlas con palabras. Cuando el sufrimiento irrumpe en la vida, deja al alma muda y el corazón lleno de preguntas sin respuesta.
En esos momentos, las teorías más refinadas se derrumban, y las respuestas fáciles se vuelven ofensivas. No es el momento del discurso, sino del silencio compartido, del abrazo sincero, de la presencia fiel. Y, sin embargo, incluso cuando no hay palabras, puede haber Esperanza.
El sufrimiento desde una óptica cristiana, siempre debe........
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