El transfuguismo político
Luis García Quiroga
La historia de la política está plagada de casos de transfuguismo, aquellos políticos con mandato de representación de sus electores, que en ejercicio del poder cambian de bando, lo que en lenguaje verdulero se le dice “voltearepismo”.
Al momento de escribir esta columna, el Congreso de la República tiene al borde de la aprobación la Ley de Transfuguismo, traigo a colación algo de historia de ese modelo de doble moral política que, como se suele decir de los políticos voltearepas, tienen tanta moral que la tienen doble.
Y cae como anillo al dedo, justo ahora cuando vemos cómo algunos “padres de la patria” son estadistas en Bogotá y gamonales en los territorios donde están sus votos. Y cuando algunos se dan el lujo de hacer filibusterismo electoral diciendo que son “oposición de frente”, pero reciben puestos y mermelada por debajo de la mesa.
En materia de transfuguismo, recuerdo dos casos famosísimos. Uno, en plena Revolución Francesa cuando en la Asamblea Nacional existían los jacobinos y los girondinos, dos bandos políticos bien definidos como voceros de la burguesía.
En esa mazamorra revolucionaria estuvo nada más y nada menos que el célebre Joseph Fouché, personaje que el gran escritor austríaco Stefan Zweig llamó “El genio tenebroso” escrito desde los riñones, que es donde nace el alma de quien así describe a........
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