Julián Cárdenas Correa

En un mundo donde la imagen a menudo importa más que la realidad, las palabras de Cicerón, en Sobre la Amistad, resuenan con fuerza: “La complacencia genera amigos, la verdad, enemigos.” Cuántas veces en nuestras vidas familiares, profesionales y sociales optamos por el camino de la complacencia, eligiendo palabras suaves y aprobaciones vacías en lugar de la honestidad, que a menudo puede resultar incómoda o perjudicial. Esta dinámica no solo debilita nuestra capacidad de conexión auténtica, sino que también distorsiona la realidad en la que vivimos.

Es muy común escuchar, en reuniones familiares, elogios desmedidos hacia los jóvenes de la casa: “¡Tu hijo es el mejor futbolista del mundo!” o “¡Es un genio!” La misma narrativa se repite en la esfera empresarial,........

© El Diario