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ESCAMPAVIA

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01.07.2025

El Yin y el Yang.
El discurso del cambio, aquel que ofreció rescatar los que llamó los doscientos años podridos de la historia de Colombia ha fracasado, realidad que disfraza con: la palabra engañosa, la mentira, la calumnia, la agresión a todo aquel que discrepa de su voluntad soberana y el yo no fui.
El Yin y el Yang, el medio círculo blanco y el otro negro, imagen que describe las contradicciones: la existencia del bien y del mal, de la verdad y la mentira, de la luz y la oscuridad, del pecado y el castigo; así existe el cielo y el infierno en las religiones teístas, el nirvana de los musulmanes y la reencarnación en seres superiores o inferiores de los orientales, todos ellos ahora encuentran quien ha propuesto una nueva forma de terminar con el delito, basta eliminar el opuesto, cambiando las palabras.
El mundo recuerda cómo el presidente de Colombia, dijo que, si se cambia la palabra que describe el delito, este deja de serlo, y para demostrarlo, ahora los criminales convictos se convierten en personas que nada deben y por lo tanto las exhiben y se ponen como ejemplo. La conclusión es que la justicia debe dejar de ser un ente independiente, para convertirse en un instrumento de lo que el soberano ordene.
“Calumniad con audacia; siempre quedará algo” dijo Francis Bacon, ella, la calumnia, es prima hermana de la mentira, ambas se hacen con premeditación, solo que aquella se refiere a la difamación y por lo tanto se hace con el propósito de dañar a alguien.
De lo uno y de lo otro, hacen uso los afectos al cambio; la fiscal del caso Uribe calumnió al expresidente, al tergiversar su declaración, ella la, que con el visitador de prisiones se burlaba de la persona en el estrado, es una reciente muestra del talante moral imperante en la burocracia en el poder.
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