James Cifuentes Maldonado

No creo que lo sucedido con el congresista David Racero sea una situación aislada o algo exótico en Colombia; que haya gente trabajando por salarios inferiores al mínimo, con jornadas extendidas y sin prestaciones, es lo cotidiano para muchas personas a las que les puede más la necesidad que la dignidad de pelear por una paga justa y eso obviamente en nuestro país, como en cualquier otro, tercermundista o desarrollado, se presta para los abusos.

Imaginemos cuantas conversaciones grabadas y no grabadas como la que le interceptaron al congresista Racero pueden darse a todas horas, todos los días, en cualquier establecimiento o cafetería, de lo más normal. Claro que en el caso de un “padre de la patria” la cosa toma ribetes escandalosos, por el ejemplo que esos exponentes de la........

© El Diario