Por HÉCTOR TABARES VÁSQUEZ

O una parada en el recorrido, para decirlo coloquialmente, no propiamente con el ánimo de renunciar a las ideas, si se poseen, menos aún de denigrar de principios y valores, factores y elementos que fueran herramientas idóneas y seguras en apoyo fiable en el difícil trasegar. Es solo la intención sana y honesta de tratar de entender, de comprender el haber nacido en un siglo y todavía vivir en el siguiente intentando asimilar, ambientarse en la nada fácil transición compuesta de las muy diversas y disímiles situaciones y circunstancias. En una coyuntura de tal entidad y naturaleza, sale al paso un elemental asunto o punto de vista, pero de suma trascendencia en lo personal. Radica en la fea manía de andar enfrentando a una generación desde el simple y manido modo de vestir, comportarse, operar y distribuir el tiempo. Lo grave del tema es no caer en cuenta de realizar y ejecutar, quizás en cuantiosa y más abundante cantidad, acciones de contextura y alcances similares, incluso de una consecuencia y secuela de repercusiones superiores. Y la parte de un mea culpa enormemente considerable, no estriba en ese amague de discernimiento exclusivamente; es un acontecimiento de infinita e inolvidable consistencia, como lo es esa........

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