HÉCTOR TABARES VÁSQUEZ

Es sano y en muchas ocasiones resulta beneficioso el escuchar a nuestras espaladas y al oído, cuáles serían las motivaciones o los temas de mayor interés hacia la comunidad y de cuyos aspectos debería aprovechar el columnista, en razón del privilegio poseído y del cometido de comunicarse con el mundo exterior, en particular de contribuir de algún modo al progreso, a enderezar entuertos, de poner en la mira de los jerarcas la verdadera problemática de una colectividad. En realidad, es una prerrogativa en la infinidad de las veces desperdiciada, en la medida en como en numerosas situaciones nos desviamos del sentido común, de las necesidades, de los asuntos mundanos, pero de abierto atractivo en la mente de las gentes. No pecan de extrañas esas actuaciones cuando la temática gira alrededor de reflexiones encaminadas a desfogar la emocionalidad o el proceder acerca de pensamientos, lucubrando en torno de una corriente o idea, completamente apartado del entorno, alejados de los incordios de carácter individual, de repercusiones sociales. En esencia, poseen cordura y mesura, no surgen fuera de órbita las admoniciones aludidas o las observaciones de orden amistoso y cordial bien intencionadas, recordándonos conscientemente cuales son evidentemente las funciones de uno en condición de persona o de alguien ocupando un lugar de alguna calidad, en el medio donde trabaja,........

© El Diario