Fabio Castaño Molina

“Calumniad, calumniad, que de la Calumnia algo queda”, esta expresión llegó hasta nosotros a través del filósofo y escritor inglés Francis Bacon en su obra, de 1625, ‘De la dignidad y el crecimiento de la ciencia’. Hoy en día podríamos ajustarla a fácilmente a expresar “injuriad, injuriad, que de la injuria algo queda” porque lamentablemente en medio de esta polarización política que afecta tan profundamente a Colombia y buena parte del mundo, la injuria y la calumnia se han convertido en el pan de cada día y en las armas más mortales de nuestra dirigencia política en cabeza del propio presidente Gustavo Petro y algunos de sus más enconados y fieles seguidores. Aunque tampoco se quedan atrás en esta materia sus contradictores. ¡Qué falta de inteligencia emocional la que estamos viviendo en estos tiempos aciagos? Nos matamos o nos encendemos a puños al menor insulto, a la menor ofensa. Se volvió pandemia, porque nada más contagioso que sembrar odios y rencores con discursos que incitan a la violencia o a “Estallidos sociales” como a los que de manera permanente incita el jefe de Estado en medio de su paranoia de que lo quieren censurar, tumbar o asesinar. El psicólogo norteamericano Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia Emocional convenció con su publicación a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para que pusiera en marcha en 2002, una iniciativa........

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