BAJARLE AL TONO
Días aciagos vive nuestra agobiada y sufrida patria colombiana que, de la noche a la mañana, a raíz del cruel atentado contra el senador y aspirante la presidencia Miguel Uribe Turbay el pasado sábado, se devolvió a la pesadilla que lo sacudió a finales de los años 80, a causa de la arremetida violenta perpetrada por el narcotráfico en cabeza de Pablo Escobar. Ahora no son propiamente las metrallas ni los ruidosos estallidos de los carros bomba, los que nos aturden. Se trata del fuego vociferante que como la mitología del dragón están exhalando los máximos líderes políticos del país en cabeza del presidente Gustavo Petro, enrareciendo, como nunca antes, el ambiente social de la nación, hasta el punto, aseguran muchos expertos, que han desembocado en los lamentables hechos como el atentado al congresista Uribe. Petro, quien según su ex canciller Leyva, es un adicto a las drogas, ha demostrado además que es un adicto a las injurias, insultos y a las malas maneras, por su nada ejemplar vocabulario, en contra de todo aquel que intente llevarle la contraria. Su lengua convertida en botafuego no deja títere con cabeza, pues no vacila en llamar H.P. y malditos a los........
© El Diario
