Un harakiri, como el de los alacranes
Colombia es uno de los países con mayor desempleo en Latinoamérica y esa debería ser, cuando menos, una alarma que invitara a tomar decisiones contundentes que mejoren la situación. Una reforma laboral no puede ser mirada bajo el único y exclusivo prisma de la política. La suerte del actual proyecto que cursa en el Congreso de la República parece tristemente definida. Huele a gladiolo y esa no es la expectativa que tienen los colombianos. Independientemente de la imagen perversa que está logrando el actual gobierno hay que reconocer y valorar que en el contexto de reforma hay muchas decisiones importantes que son positivas para el país. Lejos de archivar el proyecto el Congreso debería modificarlo a partir de mesas de concertación que superen las coyunturas políticas. A la oposición no debería caberle duda alguna sobre la urgencia de decisiones cruciales en materia........
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