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La caótica Pereira que heredarán nuestros hijos y nietos

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05.06.2025

Pereira es un polo gigantesco de atracción para los estratos cinco y seis pues miles de colombianos de otras latitudes han decidido venir a vivir entre nosotros gracias al clima, al don de gentes, a la amabilidad y a la simpatía que expresamos siempre a los foráneos. «Aquí no hay forasteros, todos somos pereiranos». A pesar de la crisis de la industria de la construcción, originada y aupada por un gobierno nacional indiferente y desinteresado en el tema, las cifras de crecimiento en la ciudad no son pobres. Aunque la construcción de vivienda de interés social —VIS— ha caído estrepitosamente las licencias para viviendas de alto costo mantienen su auge gracias a la presencia nueva de bogotanos, caleños, paisas y pereiranos pródigos que han decidido regresar a casa.

Comparto plenamente la opinión que me expresó uno de los curadores urbanos de Pereira y con el cual tuve la oportunidad de dialogar hace algunos días. La expansión de la ciudad hacia el occidente es absolutamente desordenada, sin una planeación adecuada y muy seguramente el origen de los grandes dolores de cabeza que tendrán las generaciones venideras. Un caos que se desprende de la incapacidad administrativa de los alcaldes y de nuestros dirigentes que han permitido la supremacía de los intereses económicos privados sobre el interés general.

Son tres los argumentos principales de esta anarquía. En primer lugar, el desarrollo vial: la gigantesca presión urbanística sobre el sector de Cerritos no se compadece con el crecimiento de las vías. Cuando los proyectos en esta zona están en su cúspide de crecimiento ya estamos padeciendo las consecuencias: aterradores trancones en la doble calzada que conduce de la Villa Olímpica a Castilla, una creciente congestión de la vía Cerritos-La Virginia, la ausencia de otra alternativa vial para emprender camino al occidente, la........

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