«Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.» Juan 8: 7

La cita anterior es una interpelación, frente a la coherencia entre fe y actos, con el propósito de examinar ese rol que asumimos en diversos casos y oportunidades como verdugos (fariseos hipócritas) de la moralidad, las buenas acciones, costumbres y la religiosidad; cuestionémonos frente a lo siguiente, si fuéramos llamados a fungir como jueces, éticos y morales: ¿Cómo evitamos que la división impida justicia para los vulnerables?, el apóstol Pablo, en los relatos bíblicos, evidenció la diversidad del mal y nadie está exento.

Así las cosas, ante el brutal crimen en Santa Rosa de Cabal, la indignación unánime es justa; por este acto abyecto sin temor a Dios, sin embargo, generalizar hacia una institución o credo es erróneo, la depravación existe en diversos ámbitos, incluso en figuras morales pederastia en la Iglesia Católica es otro ejemplo doloroso, no pretendo minimizar la bestialidad ni justificar violencia alguna, pero el mal no........

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