¿Libertad para todo… menos para hablar de Cristo?
Vivimos en tiempos donde la palabra “libertad” se repite con fuerza, Libertad para amar, pensar, opinar, creer, ero cuando se trata de Jesucristo, esa libertad parece tener límites. Hablar de Él se ha convertido en una molestia, en un acto que incomoda, es algo que muchos prefieren censurar, ¿Por qué?
La Constitución defiende la libertad de conciencia, de cultos y de expresión; aun así, los creyentes, muchas veces deben callar su fe, para no ser señalados de fanáticos o retrógrados, el respeto que tanto se exige para todas las ideologías, se niega con frecuencia a quienes decidimos seguir a Jesús.
Esto no es nuevo. En Mateo 24, Jesús advirtió:
«Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.»........
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