Banda delincuencial
La narrativa presidencial de los últimos días ha estado enfocada en crear total desconfianza en el proceso electoral del 2026, año en el que los colombianos decidiremos el fin de este Gobierno o la continuidad de sus banderas en cabeza de un petrista pura sangre, que continúe el caos del socialismo del siglo XXI. De manera obsesiva, Petro la ha emprendido contra la Registraduría Nacional, temeroso de la segura derrota en las votaciones del año entrante, afirmando que desconfía de la transparencia de las elecciones del 2026, sin pruebas ni argumentos sustentables, solo, porque Thomas Greg & Sons hace parte de la Unión Temporal que aspira a continuar con la impresión de los formularios y tarjetones electorales, la misma que ha vetado para la elaboración de los pasaportes y de cuya seriedad dan razón los procesos que esta multinacional colombiana ha cumplido en las elecciones en que Petro ha sido elegido Representante a la Cámara, Senador, Alcalde de Bogotá y Presidente de la República. Venir a decir ahora que la participación de Thomas Greg & Sons es el mayor peligro para la democracia colombiana es un mayúsculo despropósito, y agregar a reglón seguido: “Yo no quiero aplazar las elecciones”, pone de manifiesto su recóndito interés. Sacar a Thomas Greg de la Registraduría, era su primordial objetivo, pues sin material electoral no habría como hacer las elecciones del 2026. Por fortuna, el 9 de julio el contrato correspondiente fue adjudicado a la Unión Temporal Integración Logística Electoral 2026 de la que hace parte Thomas Greg & Sons, recuperando el país la confianza en el organismo electoral, gracias al recio carácter del Registrador Penagos, que trancó las pretensiones del dictadorzuelo. Este proceso contó con el........
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