El piso 24
Por Cecilia Lanza Lobo
Cuán poderosa tendrá que ser la “milluchada” que el nuevo gobierno tenga que hacer para espantar los vahos de casi dos década de orgía presidencial. Léase por orgía todo tipo de excesos, incluido el del sexo sin moderación. Pues sí, la ausencia de moderación de un funcionario público, el jefe de Estado, en oficinas públicas. Nada menos que en La casa grande del pueblo, la oficina sede del gobierno, piso 24, convertida por la administración del Movimiento al Socialismo en emblema, en síntesis de su comprensión de la función pública: un burdel. Un prostíbulo vital atravesado de “ausencias de moderación”, en el que se mezclaron y se transaron los más diversos asuntos en total promiscuidad con la cosa pública. Transacciones políticas y de bragueta en el kilómetro cero del país más inverosímil, en el que la medalla presidencial fue extraviada igualmente en puertas de un burdel (2018) durante el gobierno del MAS.
No vamos a ahondar en el mamarracho morboso de una suerte de........





















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