Ese espacio ausente
El repaso de las actividades de candidatos, representantes partidistas, miembros del tribunal electoral, analistas políticos, del contenido de titulares o editoriales de los principales medios de difusión y algunos de los productores de contenidos más conocidos en las redes digitales, muestra que todos ellos están sumergidos fervorosamente en una espesa nube de aires electorales.
Frontal o lateralmente, cada uno promueve a su manera sus preferencias, mediante discursos, promesas, alianzas o propalación de encuestas. Los analistas razonan sobre la dinámica de espacios ideológicos, mientras los candidatos negocian y regatean “espacios de poder” que, según sus deseos, podrán copar después de agosto. Una dinámica caduca y aburridora, aunque use herramientas tecnológicas de última generación.
Con las mejillas arreboladas, unos y otros quieren convencer y convencerse de que el camino está despejado y que, con segunda vuelta asumida como obligatoria según los sondeos, en noviembre se posesionarán unos nuevos gobernantes que abrirán una nueva historia. Los quince puntos del convenio propuesto por el Tribunal Supremo Electoral y firmado por los asistentes (no me queda claro si el presidente y vicepresidente del Estado ya lo hicieron) garantizaría la hoja de ruta.
Ciertamente no........
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