Dudas sobre las elecciones
Desde luego que yo no soy quién para salvar las elecciones venideras. Es más: nunca he sido un verdadero político de los que no duermen porque tienen reuniones, de aquellos que se sientan durante diez horas a escuchar a sus camaradas decir las mismas cosas con algún matiz poco importante. Admiraba la paciencia de Banzer presidiendo los comités políticos, interminables, aburridos, respirando humo y con hambre, pero donde él oía a todos, soportaba alegatos, dejaba hablar y hablaba poco, y de vez en cuando anotaba algo. Al final, se hacía lo que el jefe del partido había sugerido al principio de la reunión. Seguramente que en el MNR y en el MIR de aquellas épocas de los ochentas y noventas sucedía lo mismo.
Hoy parece que no hubiera jefes políticos. Hemos llegado a la cursilería de querer una democracia partidaria mentirosa en la que dizque el jefe hace lo que mandan las “bases”. Y Las bases no saben nada que no sea vociferar, exigir absurdos, y lanzar cohetes. Los candidatos están sentenciados a bailar, embucharse lo que le inviten, contestar a los periodistas en cada esquina preguntas repetidas, en medio del bullicio, y........
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