Culebrón Azul: Camas separadas, fin de nuestro amor
Escena 1: (Super Luchin, el protagonista, está de pie en medio de una lujosa sala. Su mano temblorosa sostiene un vaso de singani que jamás beberá). Lucho (con voz entrecortada, dolido): “Evo, ¿de verdad? ¡¿De verdad vas a hacer otra huelga de hambre, otro bloqueo, otra marcha?! ¡Y no lo haces por mí! Ingrato. No lo haces por el pueblo, por la democracia, por la economía… No, No y No. ¡Es por tu bendita candidatura! Eres un egoísta, solo piensas en ti. ¡Ojalá algún día te mires en el espejo y veas lo que yo veo: un vacío envuelto en piel!”
¿Por qué, Evo? ¿Por qué hermano y compañero? ¿Por qué arriesgar todo por algo que ya no puedes tener? Sabes que no puedes volver a ser candidato, pero aun así insistes ¿Qué te pasó? Antes, cuando te conocí, hablábamos de la rotación del poder… ahora, mírate, ¡ni siquiera respetas tus propios principios! Lo que me queda claro es que el poder… nunca fue suficiente para ti.” Lucho “Tú fuiste un líder, Evo. ¡Un gran líder! y yo te amaba, tu me hiciste presidente. Pero ahora, lo único que haces es incendiar lo que queda de nuestro amor. ¡Estás quemando nuestra patria con tus caprichos! Y a mí, Evo… a mí me estás destrozando. ¡Eres tan egocéntrico que podrías ahogarte en tu propio reflejo y ni siquiera lo notarías!”
Lucho (con voz baja, pero firme): “¡Basta ya, Evo! He aguantado tus mentiras, tus venenosas calumnias y tus ataques como un mártir silencioso, pero ya no más. ¡Esto es la........
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