¿Estamos camino a una estanflación en Bolivia?
Bolivia se enfrenta a un panorama económico complicado: la inflación se ha disparado y amenaza con descontrolarse, situándonos en el umbral de lo que podría ser una estanflación, esa simpática combinación de crecimiento estancado e inflación persistente que todo economista teme y que los políticos parecen invocar como si fuera un maleficio.
A agosto de 2024, la inflación acumulada ha alcanzado el 4,61% y la subida de precios anualizada llegó al 5,1%, ambos valores muy por encima del objetivo del 3,6% previsto para el fin de año por el gobierno. Pero claro, ¿qué sería de un pronóstico gubernamental si no se quedara corto? Las razones de este aumento son variadas, pero la inflación reprimida y la erosión de las políticas que contenían los precios son factores clave que merecen un análisis más profundo. O, mejor dicho, que merecen un poco de sentido común.
Bolivia había logrado mantener los precios bajos en los últimos años gracias a dos pilares fundamentales: los subsidios a los hidrocarburos y el tipo de cambio nominal fijo. Estos “diques de contención” habían funcionado tan bien como una represa hecha con cinta adhesiva y buenas intenciones. Sin embargo, estos mecanismos ya no son sostenibles y están comenzando a derrumbarse sobre todo por la falta de dólares. La pregunta que surge es: ¿qué nos espera si ambos pilares colapsan por completo? Bueno, la respuesta es tan obvia como aterradora: un lío monumental.
Uno de los principales responsables del repunte inflacionario es el efecto “pass-through” del tipo de cambio. Este concepto, respaldado por la teoría económica, explica cómo una depreciación de la moneda se traslada a los precios de bienes importados. En el........
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